Este cambio se produce durante los años 50 debido a diversos cambios en el panorama económico y social. El régimen de Franco se consolidó sin hacer cambios significativos.
Durante los años 50 La Falange, la familia franquista mejor estructurada había ido perdiendo poder en favor de los católicos y monárquicos. Esto junto con la apertura internacional provocó el enfado de la Falange. Sin embargo, la Falange seguía teniendo gran influencia en muchos aspectos del panorama nacional, tales como la prensa, las relaciones obreros-patronos, organización de manifestaciones en apoyo a Franco...
El franquismo trata de reaccionar a los cambios sociales del momento, dándole al falangismo una mayor responsabilidad a la hora de afrontar los cambios en el régimen. En mayo de 1956 reunió una comisión que haría una serie de leyes fundamentales que institucionalizarían el régimen dentro de las pautas del movimiento, entre las que destacaban: la Ley Orgánica del movimiento, donde se le otorgaba autoridad absoluta una vez que Franco muriese; la Ley de Organización Administrativa del gobierno, en favor de la Falange; y la Ley de Principios de Movimiento Nacional, que era una especie de decálogo que pretendía fundamentar la ideología del franquismo.
El régimen tuvo algunos logros en el aspecto internacional como la entrada en la ONU, pero éstos no disiparon las dudas que comportaban el tema de la renovación del gobierno, por lo que Franco optó por seguir el consejo de su asesor Carrero Blanco. Esta renovación le daría autoridad en el mandato. Doce de los 18 ministros fueron cesados, en favor de técnicos del Opus Dei o tecnócratas, próximos a Carrero. Estos trataron de realizar reformas en el ámbito económico, dejando inmaculado el ámbito político en el que la máxima autoridad seguía siendo Franco. A partir de 1962
Franco designó al general Muñoz Grandes como vicepresidente del gobierno, señal que si le ocurría algo el ejército tomaría el control. Franco aspiraba a que Don Juan cediese los derechos monásticos a su hijo Juan Carlos, que había sido tutelado por Franco en diversas escuelas. Juan Carlos acabó por instalarse en Zarzuela casándose con la princesa Sofía.
Finalmente el nuevo gobierno estuvo comandado por los tecnócratas, que solucionaron la bancarrota del Estado a través del turismo y recibiendo créditos del exterior y realizaron diversas reformas administrativas como la Ley de Bases de la Seguridad Social.
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